Reflexión

Cuando nacemos nos ponen un número, cuando nos hacemos adolescentes nos hacen un DNI con otra numeración distinta. Cuando nos compramos un teléfono movil nos asignan de nuevo otra numeración, para poder tenernos contralados. Lo más indignante de todo esto esque lo aceptemos con gusto. Pues a quien no le gusta tener un teléfono movil con 3g, reproductor MP3 o cuarentamil inutilidades más. Cuando hace 70 años acabó la guerra nadie pensaba en mierdas como estas aparte de que no existieran, porque solo pensaban en conseguir comida. Algo bastante importante la sociedad hemos ido olvidando poco a poco. ¿Dónde están esas frases de -DÉJALO PARA MAÑANA YA LO COMERÉ- ahora se tira, apesar de parecer ridículo nadie se para a pensar en esto.

La palabra hambre está bastante generalizada, pues creo que en occidente no sentimos hambre real. Y si eso fuera poco la mayoría de los alimentos que ingerimos no son nada sanos. Por ejemplo: ¿ustedes sabian que la leche puede ser reciclada? aunque la compre en un supermercado. O que un tierno bizcocho nos puede producir un ataque al corazón. No somos conscientes hasta que punto nos meten mierda por los ojos y por la boca.

En las escuelas enseñan lo mismo que hace 20 años, sabiendo que la generación de hace 20 años fracasó a lo igual que fracasará esta. Lo que enseñan no vale absolutamente para nada. Lo único que pretenden es enseñarnos técnicas idividualistas. Y eso es algo muy claro por ejemplo en los examenes, en ved de poder ayudar a tu compañero o que tu compañero te ayude, no todo lo contrario a estudiar bien el individualismo que es un pilar fundamental del capitalismo. No creo necesario tener la obligación de aprender el fracaso de generación tras generación.

Mientras yo escribo este texto a casi las 3 de la mañana hora española, la gente duerme, muchos de ellos o ellas se despertarán mañana a las seis, siete u ocho (o quizás antes) para acudir a un lugar en el que les explote por un salario que no sobrepasa los 1.000€. Por el contrario hay otros que no tienen ni el placer de ser utilizados para el producto de un patrón que rara vez se acuerda del obrero, que mal vive con sus 1.000€ (algunos mucho menos). Es importante decir que hay que hacer algo que hoy en día no nos movemos, que estamos todos, todos hasta el que lo niega estamos aburguesados. Tenemos nuestra televisión, nuestro ordenador, nuestro DVD o VHS, nuestro microondas, etc. El capitalismo nos hace vulnerables hacía el consumismo.