La compañía checa Avast ha hecho público un experimento realizado para observar el comportamiento de las redes piratas y para medir el grado de propagación que tienen las licencias ilegales, en concreto las de su software de antivirus.
Todo comenzó en una pequeña empresa de Arizona (EEUU), de sólo 14 empleados, que compró una licencia del antivirus Avast Pro. Una copia del software, es decir, de la licencia, fue subida a Internet con el objeto de servir de descarga ilegal del antivirus. La copia en poco tiempo terminó activando 774.651 licencias alrededor del mundo, todas ilegales, claro.
Cuando Avast se dio cuenta de ello, en vez de desactivar la licencias ilegales inmediatamente, se tomó su tiempo y se puso a examinar y a recoger datos del fenómeno durante un año y medio. La compañía arrojó resultados tan sorprendentes como que dicha licencia fue difundida en 200 países, incluido el Vaticano.
Por otro lado, lejos de perseguir a las personas que piratearon su software, Avast activó una especie de mensaje en dicha licencia pirateada, que se mostraba con frecuencia en los ordenadores de los usuarios, invitándoles a que se pasaran a la versión de pago de forma legal o que se pasaran a la versión gratuita del antivirus.
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